Hoy vi After life y me quedé pensando cómo estoy fascinado por el cine oriental. Chino, koreano o Japonés, descubro en cada uno de ellos una sensibilidad de otra frecuencia. Como puro argentino, soy pura mezcla. Soy italiano e inglés en porcentajes que no se corresponden con la sangre. Y eso hace que me emocionen cosas en un amplísimo espectro, pero quedo descolocado con la infinita sutileza y grandeza, por qué negarlo, de los orientales cuando se ponen a escribir o detrás de una cámara. Tienen una sensibilidad de otra escala. Como el espectro auditivo de los perros. Tienen un fino que envidio. Pero me llega algo pese a mi ignorancia. (No me gusta decir nada de una película pero ésta devela en los primeros minutos lo que voy a contar ahora) La peli habla de tener que elegir un momento después de morir para irnos con ese único recuerdo al paraíso. Pensé, o mejor dicho recordé, muchos momentos. Con mis hijos, solo, con granny, con mamá, con algún amor. Ahora que lo pienso ni los protagonistas de la peli, ni yo, elegimos ni a el padre, ni hermanos ni a amigos. Cómo se cierra el círculo de lo imprescindible.
Sé muy bien qué recuerdo elegir, pero quiero jugar y poner unos más sobre la mesa. ¿Elegiré una mañana en spegazzini con la plata de los ratones ante un diente caído yendo solos granny y yo al kiosko del manco en la estación a llenar una bolsa con caramelos? O una tarde en temperley llorando en la falda de mamá porque se había ido mi infancia? Será un día con Stephanie? Será el día que hice mil goles gracias a mis tapones de aluminio en el medio del barro en una cancha imposible cuando me pusieron "la chancha"? O el día que me tomé un taxi después de ver Forrest Gum al hospital para despedirnos con mamá cuando se moría? Será una remoloneada en la cama de granny escuchando "dos en la noticia" con Magdalena y Silvio Huberman entrando ese sol único cortado en rodajas por la persiana? Será una tarde con scotch pancakes, scones y té con leche? Será un día en un bote sacando truchas con el viejo? Será un día en la colonia?
Pero no se confundan, no me salieron recuerdos conmigo sólo sino hasta agotar el bombardeo de flashes con mis hijos. La espera con anï del parto de milo, los primeros días de los dos, las navidades, las vacaciones. Los "papi te quiero" Días con mis bebés cuando todavía eran eso. Días simples que adquieren una dimensión celestial por el hecho de estar juntos. Como la noche del sábado, o las salidas de otoño por cabildo que no dicen nada en ese momento y hoy dicen casi todo. Tardes de plaza en Belgrano R con hamacas que fueron pero no volverán. Con toboganes que aún hoy me regalan en sueños esas sonrisas bajando a toda velocidad. No voy a contarles cuál es mi recuerdo elegido (absurdamente lo guardo para ese día) pero les dejo una pista porque sí es uno siendo yo un niño. Un niño acompañado por sus hijos.
Volví de japón se llama tu blog. Y yo sé por qué. Ayer vi 10 minutos y lloré. Todavía no me animo a verla entera.
ReplyDelete¿Mi recuerdo? Dame tres días y te digo.
Un abrazo,
Ariel