La tranquilidad de saber quién soy

Mientras caminaba oliendo a canela por los pasillos del George Bush Airport, imaginando un latte en starbucks apenas llegue a Chicago. A paso firme, disfrutando de la vista y habiendo sido prácticamente el último en la aduana, veo con desesperación cuando llego a la "no puede estar más lejos" puerta 35 que perdí mi avión. Sip, algún día me iba a tocar. Influyó quizás que no tengo reloj y el celu me marca la hora de Holanda, no tenía idea de lo cerca que estaba de la catástrofe. Encima la desesperación no es todo lo que me corre por el cuerpo aparte de los litros de nerviosa transpiración, cuando estaba en la fila de la aduana, trataba de recordar cómo había sido el trámite en argentina para declarar la preciosura blanca que tengo en mis rodillas mientras tipeo esto. Ahí me doy cuenta que NO declaré la mac. Pánico, frío por la nuca, sucesión de excusas que redacté a la velocidad del rayo. No puedo creer ser tan pelotudo. A mi favor está el tema de la excitación, de tener que encontrarme con Luli acá y allá (acá la excitación no tiene nada que ver) y entre trámite y trámite colgué. Aparte, desde que salí de la agencia el viernes, cada noticia es más apocalíptica que la anterior: "Gral Paz a paso de hombre", "huelga en migraciones", "translado de Aeroparque a Ezeiza", pa, pa, pa. Suena a escusa pero estoy fuera de eje como si a la tierra la hubiera chocado júpiter.
Parece que estoy entrenando para las "Olimpíadas de Imbecilidad 2007" con altas posibilidades de destronar a todas las ejecutivas de cuentas de mi trabajo, batiendo todos los records, al tener una ausencia de sinapsis asombrosa.
Por lo menos tengo el celular, la macbook (por ahora), una linda vista a un bosque texano con aviones que van de acá para allá y una baranda en los sobacos más acorde a lo que soy: un negro de spegazzini.

1 comment:

  1. Chan!
    Encajásela al Gayo Claudio. De paso metele mucha felicidad.


    Igual no te preocupes, que si salís primero es porque las cuentas esas son tan pelotudas, que no encuentran la llegada.

    Abrazo del gol, trae alfajores.

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