Si existiera dios y me cruzo con él, o me pasan la vida en una peli cuando el tiempo no importe y pueda ver mis 49 o 50 años de vida en el otro lado, hay algunas cosas que quiero descubrir antes de desaparecer totalmente. Me intriga mucho cuánta plata gané en mi vida, cuánta gasté. Poder ver la diferencia entre lo que me han pagado y lo que merecía. Cuánto recibí injustamente. Cuántas indemnizaciones me birlaron. Saber cuánto perdí cuando estando frente a un cliente, puse un precio para un laburo y pude sacar el triple. Si todo lo relacionado con la guita fue justo o no. Suelo hacerme estas preguntas idiotas y aunque suene incoherente no son por lo material, por el sucio billete, es una curiosidad estadística extraña. Saber cuánto le costé a mamá, cuánta plata me dió para caramelos, cuánto para el bondi. Cuánta plata le saqué del monedero a Granny y a Angelina su hermana. Qué perdí, todo, hasta la cosa más insignificante. Cuántos regalos me hicieron. Cuántas láminas de papel romaní compré. Cuántas coca cola me tomé y cuántos asados comí. Cuántos chistes tiré. Cuántas cosas inventé o cree sin robar a nadie. Quisiera saber cuántas oportunidades perdí y cuántas veces me salvé de morir por la conexión de hechos que, aleteo de mariposa incluído, hubieran terminado con todo. Quisiera saber cuántas veces me dijeron te amo y cuántas veces lo hice yo. Quisiera saber quién me quiso y no lo supe y cuántas veces me crucé con una chica que me imaginó dentro de ella en un juego que mezcla imaginación y lujuria. Quisiera saber a quiénes le gusté, tener en frente sus caras, saber sus nombres. Quisiera poder ver las cosas que perdí sin tenerlas y también las veces que hice a alguien feliz. O las que hice sufrir. Saber cuántas veces me sonrió mi hija o cuántas veces me dijo "te quiero" mi hijo. Cuántas caricias les dí y cuántas veces los hice sentir bien. Cuántos pañales cambié. Cuántas veces los reté o les pegué. Cuántas veces soñé. Cuántas veces tuve una idea. Cuántas veces lloré y cuántas reí. Cuántas canciones escuché, cuántos libros leí, cuántas pelis disfruté. Cuántas veces dije algo interesante y cuántas veces hubiera sido preferible que cerrara el orto. Cuántas veces hice el amor y cuántas cogí. Cuántos besos di, cuántas veces abracé. Saber cuántas personas conocí. Y a cuántas me crucé en el bondi o en el tren. Saber qué hubiera sido de mí cambiando cositas, pasando derecho por una calle o no invitando a alguien a entrar en mi alma.
Quisiera ver tirado en un sillón, cuadernito en mano anotando estos datos mientras revivo absorto cada hecho, cada dato de mi vida en la sala donde proyecten nuestra historia cuando no hay más nada para editar. Palabras. Números. Preguntas que me encantaría poder contestar exactamente y no entre desvaríos como a veces hago, o como ahora.
Pregunto para que te preguntes, ¿vos qué te preguntarías?
Yo últimamente me pregunto por qué la palabra individuo contiene, etimológicamente hablando, el duo.
ReplyDeleteEstá todo tan ala vista en esta farza.
¿Será eso lo que me da miedo?
¿Cuantas veces lloré? creo que sería una pregunta con laarrgaa respuesta.
ReplyDeleteSólo se que recién leyendo, sumé una más.
Lindo y más que lindo relato Fla! Un beso!!!
Pd: dejá de hacerme llorar!!!!!!!!!! Jajaja!
Todos esos interrogantes y todos aquellos que nos dejas a nosotros, todos están en vos, potencialmente para descubrir y nos es necesario ser un renunciante asceta.
ReplyDeletePodría decirte con seguridad que recuerdo los detalles en mi vida de todas esas preguntas que te has hecho. Lugares, personas, ropa que usaban, mis pensamientos, sus miradas, el aroma a madreselvas, a pastos recién cortados, a lluvia de verano sobre el asfalto, al dulce de leche casero de mi vieja, al aroma a nuevo de cada auto que tuvo mi papá, cómo olía él co el primer beso que me dió que recuerde, las primeras galletitas melbas (aquéllas, no éstas, burdas imitaciones)que me compraron cusndo tenía 3 años.
Todo recuerdo.
atte.
Suyo.
Tsultrim