niebla

No se entregó como aquella vez, fogosa, seductora, desnuda con toda su belleza exuberante a mis pies. Está furiosa y no puedo negar que tiene razón. Se esconde bajo un manto de niebla y misterio que interpuso celosa, en un juego que no termino nunca de aprender. Ella sabe de las otras, que no es la única y por eso no quiere entregarse. Se oculta entre las sábanas negándome el placer que supo regalarme incondicionalmente cuando no tuve ojos más que para ella. Camino a Firenze busco entre los velos que sugieren, completando con la imaginación lo que no me deja ver la niebla que tendió entre nosotros como lo hicieron diosas del olimpo con héroes antiguos. Lentamente la recorro una vez más tratando de entrar en ella sin caer mortalmente rendido a sus encantos, los que despliega y utiliza como ninguna otra, porque si hay algo que sabe hacer italia conmigo, es que enloquezca y no sea de nadie más, me subyugue dentro de su ser hasta perderme sin saber quien soy.

1 comment:

  1. Sucio, desgastado, con ganas de más es como se siente el borde de mi remera después de limpiar mis anteojos ante gran desconcierto.
    Me engañaste como cuando Peter no le cuenta a Lois que perdió el trabajo y viven de un cupón gubernamental de $150.000 a la semana.
    Cuando vuelvas prestame tus ojos. Beso grande Fla! :)

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