1986

Ayer me crucé con Marcela por la calle. Hace 20 años salí con ella, y pasó de largo por la vereda de la misma forma que lo hizo por mi vida. Su mirada tiró una pregunta al aire que no contesté y seguí caminando sin mirar atrás. A la noche me crucé, acá en la red, con un sitio donde podés bajarte discos inconseguibles de rock nacional y encontré uno de Fricción del que sólo tenía un par de temas y quería con ganas tenerlo completo. La emoción de poder escuchar canciones que durante años estuvieron en un cajón perdido de mi memoria me embargó pero exploté de felicidad concreta cuando vi algo que hacía más de una decada que buscaba. Silencio de Los Encargados, año 1986. Como el de Fricción. Como Marcela y su vientre de mamá. 1986. Veintiún años y el mundo para llevar por delante. Facu, diseño y sexo. Ropa cara para vestir una realidad de suburbano pobre. Borcegos, sobretodos negros, camisas blancas y ojos pintados. Un new romantic al que el destino (siempre burlón) le cambió Londres por Banfield. 1986 de pelos parados. De australes y dolar barato. 1986 de Shakespeare, de querer ser como Carlos Mayo. De tipografía condensada y cuadros de cartón. Año de disfrute, de noche. De adolescencia sin dolencias. De libros, cine arte y música, más música. Que arrancó un verano de colonia con una chica tras otra. Comiendo manzanas dulcísimas robadas de algún edén. De despedida en una terminal pidiendo a alguien un cuidado que convirtió (vaya alquimia) una amistad en amor y pasion. Año de descubrir, de entregarse, de perderse. De tocar el cielo con las manos, como la que usó Diego para meterla celestialmente en el fondo del arco. Año de pintor en caballito, de monjas, de menú único de hamburguesas con huevo poché. De partidos de fútbol con pelota de trapo en una biblioteca santa. 1986 de Vox publicitaria y Fotos de Tokyo. De armar fuera de escuadra con cutter y cemento entradas a espectáculos a los que nadie fué. De amigos pintados de verde en el fin del mundo. Un año donde, a la distancia, puedo asegurar sin complejos que fui feliz. Feliz de una forma exagerada, fuera de escala. Escuchando canciones de amor. Enamorado, orbitando. Igual que ahora.

Hay canciones que se llevan algo de uno
cuando terminan,
son como romances que se llevan
algo de uno cuando terminan.

Somos mundos cerrados
vivimos separados
aún miro tus ojos y veo líneas, amor,
veo líneas, líneas de amor
veo líneas, amor.

No puedo recordar la primera estrofa
de la canción que siempre quise cantarte
pero no importa pues veo que nada volverá
ese viejo romance.

Somos mundos cerrados,
vivimos separados
aún miro tus ojos y veo líneas, amor,
veo líneas, líneas de amor,
veo líneas, amor,
veo líneas, líneas de amor...

(Líneas - Los Encargados - Silencio, 1986)

La puta madre, lo feliz que soy escuchando esto. No se dan idea.

PD: cenamos con puppe en lo de mile y de sobremesa vimos un viejísimo anuario de publicidad argentina. Glorioso, lleno de avisos inolvidables ¿De qué año era este anuario? ¿Crees que adivinaste? Pues sí. Increíble.

7 comments:

  1. A mi me hizo feliz leer esto. Por similitudes, por diferencias, por empatía, por amistad.

    Un abrazo, te quiero,

    Ariel

    P.D.: Lo que daría por hablar con ese Rucci de la colonia.

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  2. Con similitudes y con diferencias comparto las palabras del commenter Ariel G.D.:
    -me hace feliz leerte/verte/saberte feliz
    -lo que daría haberte conocido un poquito antes (una bizarra nostalgia que no me hace menos humana)
    Y a la vez, cuando vuelve la cordura, me alegro de las cosas tal cual son.
    TA

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  3. sólo et faltó el link de la página donde la encontrste... buenísimo!

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  4. muchas gracias por el comentario en mi blog,
    tal vez no seas un escritor, pero eso no significa que no tengas talento,
    lo que sabes, lo compartis, y asi es como hiciste feliz a ari y a ese tal "TA",

    un abrazo,
    rocio

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  5. losinconseguiblesdelrock.blogspot.com/

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  6. Fuiste la unica pagina que dio sentido a una noche de 1989, yo tarareando esta canción que jamás volví a escuchar, no sabia el nombre, pero esa noche mi vida cambio, toqué el cielo y la recuerdo toda mi vida, conoci a mis mejores amigos y a mi primera novia que nunca fue

    Y nadie sabia de esa cancion, tu me regresaste a esa noche, con las estrofas completas de un pedazo de mí que nadie pudo entender

    Como tu, lo feliz que soy recordando esa canción, pense que estaba loco y la invente

    Gracias.

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  7. Me encanta esta canción!, es como una mezca de nostalgia y felicidad al mismo tiempo.
    Que lindo lo que escribiste, 1986, yo con apenas 6 años, sin embargo tengo recuerdos fieles de esa década y tmb algunos australes, viejos viejos, rotos, son un buen recuerdo.
    Un beso.

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