negro

Por una extraña correlación de eventos, tuve que ir a encontrarme con mi hermano a Parque Chacabuco una tarde de calor infernal en la ciudad. Salí tarde de casa con música y ganas de tirarme en el pasto en Spegazzini que era el destino final de mi viaje. La carambola rutinaria de combinaciones bajo tierra me llevó a un punto desconocido como el subte E. Cuando subí, me dió la sensación de estar en otro país y justo cuando tenía dando vueltas en mi cabeza cuánto habíamos cambiado, se sentó delante mío una parejita de bolivianos. Estos pibitos me despertaron una ternura enorme. Tímidos, mirando desde abajo casi pidiendo perdón, vestidos para salir, llenos de amor besándose con vergüenza, ellos o sus viejos vinieron para acá quizás tratando de escaparle al hambre como lo hicieron la mayoría de los que hicieron este país. Juntitos, preparados para disfrutar la maravillosa "Argentine way of life". Inmediatamente me vi a mí, sentado en la otra línea E, yendo con Marian a Manhattan con las mismas caras de ajeno, o Patricio sentado cómodamente en el tube para ir a laburar.
Ser el "otro".
Me quedé enroscado con esto, cómo todos somos negros de alguna manera. Me encontré más de una vez jugando al fútbol con unos morochones bien ásperos que harían cagarse en las patas a Shaquille Oneil, hablando de otros como "esos negros villeros" No me imagino cuán extensa y sutil puede ser la escala de villeros pero ahí vi clarito como hay una pantonera* social y cualquiera sea tu color de piel, todos, absolutamente todos tenemos alguien arriba y alguien abajo en el espectro cromático-social. Al otro día, cuando estaba volviendo de Spegazzini, acompañado por mi viejo y su bici, mirábamos la plaza del pueblo, y la desconocí por completo. Ojo que hablo de Spegazzini, no de Montmartre. Parecía Oruro, Tarija o Potosí. Le pregunté a papá si se veían los sombreros de felpa que usan allá y no me sorprendí cuando me dijo que más de lo que me imaginaba.

Pensé en los que se van por Iberia, los que vienen, en escaparle a la miseria, a la injusticia, a la explotación (encontrando una peor), en los que vinieron en barco, los tanos, los gallegos. El mundo se está mezclando más que nunca. Y todos somos Bolivianos en algún lugar.


*pantonera le decimos en diseño al catálogo de color de la marca Pantone®

5 comments:

  1. muy buen post! me encantó! tendría q leer mas del blog, pero bue, pasaré en otro momento, saludos!

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  2. ¡A mí también me encantó el post (como me encanta...pero eso ya es otro tema)! Concuerdo absolutamente. Todos estamos un poco arriba de, un poco abajo de, un poco mejor, un poco peor, y todos somos dignos de amor. TA

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  3. Estimado Flavio,
    lo peor es, creo, cuando sómos bolivianos de nosotros mismos, y lo mas gracioso es que en ése caso cuando gralmente. sómos los más xenófobos de la cuadra.
    Atte., always.
    Tsultrim Namdak (24 days closer to New Delhi)

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  4. Alfas, betas, gamas, el sistema es explotación, pero para ser explotados, tenemos que mirarnos de costado entre nosotros y creernos mejor que el vecino, el amigo o el hermano.

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