gracias

Llama mi viejo a casa, está en el Calafate llegado anoche y sin haber ido todavía al Glaciar Perito Moreno. Anda en uno de sus viajes que orgulloso estoy de haber incitado, viaja como un chico por el sur argentino que ama tanto como sus sierras de Córdoba. Se fue a ver a su hermana a Chubut; anda detrás de unas truchas y de sus sueños que últimamente veo muy ligados entre sí. Salió con la consigna "vuelvo cuando se me acabe la plata", quería ir a Comanante Luis Piedrabuena a ver un concurso mundial de fly casting, cosa que descartó por el Chaltén que anduvo escupiendo cenizas y arruinó los ríos más el calor del verano que hizo de la pesca algo Quijotezco esta temporada. Pero como todo en la vida que es inesperado, terminó yendo con alguien que conoció allá, a ver los hielos eternos en el confín de la Patagonia. Me contó todo esto ayer que llamó a la agencia, pero este que les cuento es otro llamado muy distinto. Es la una de la tarde un sábado sin chicos, atiende mi novia se mandan cariños y besos y después habla conmigo. Tiene una voz callada, de un tono que sólo escuché un día que lo hice llorar por un reproche injusto que se me escapó todavía con la cabeza volada no hace mucho, suena emocionado:
papá: "hola flavio!"
flavio: "hey papá cómo va?"
papá: "bien, sorpendido con esta ciudad"

edito el resto, pero el viejo me describe esa perdida ciudad hecha de turismo que espero algún día conocer. Termina así:

papá: "es poco común que un viejo a los 70 años se emocione ante un paisaje, de tal forma que le tiemblen las manos como a mí recién. Estoy contento de poder emocionarme todavía. De que me tiemblen las manos por algo. Yo me puedo morir tranquilo. Soy un tipo afortunado. Por lo que vi y por estas cosas que me pasan, te digo que cuando muera, si estoy lúcido y puedo hablar, mi última palabra va a ser GRACIAS"
...
flavio: "te quiero mucho viejo"
papá: "chau hijo"
cortó.

3 comments:

  1. "Quien conserva la facultad de ver la belleza no envejece". Creo que lo dijo Kafka, no me acuerdo y no me da por googlear ahora. Lo que sí puedo jurar es que el alma de este amante de la pesca es de las más jóvenes que conozco, y que padre e hijo se parecen mucho más de lo que te imaginás.

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