alicia

Y de pronto, por seguir al conejo blanco que tenía una pequeña mancha, una estrellita naranja en la frente, me encontré dentro de su madriguera que de pronto torció bruscamente hacia abajo y comencé a caer. Así comenzó mi viaje y mientras caía ininterrumpidamente pasé la noche rodeada de oscuridad y destellos de color. Lo primero que hice fue nadar en el mar, profundo, rodeada de ballenas que me envolvían en una danza azul oscura, como un feto, daba vueltas ante la ausencia de gravedad y sentí la suavidad del agua y piel. Los caleidoscopios de arabescos y serpientes multicolores me dejaron un tiempo observando dentro mío, presenciando mi desmaterialización, la mezcla de mis brazos con las volutas de color y luz que envolviéndose hacia adentro (como yo) como una crema batida a mano. Fui serpiente, fui cerámica, tela, luz, madera, cables, lápices de colores, fui viento y fui sol, fui vos y fui yo. Mientras caía y caía en el pozo sin fin me preguntaba: ¿Comen murciélagos los gatos? Una vez mezclada lo suficiente llegué al fondo, me asomé en plena oscuridad y escuché: ¡Válganme mis orejas y bigotes, qué tarde se me está haciendo! volvió a pasar el conejo y lo perseguí corriendo. Esperaba alcanzarlo y como un ángel se metió en mí. Como una parte que me completa, que me hace un todo. Pensé que extraño! de pronto estaba dentro mío, era yo también.
Encontré una botella que decía "tomame" y luego de ver la etiqueta, lo hice de un trago. -¡Qué sensación más extraña! me dije. Me debo estar encogiendo como un telescopio. Así quedé pequeña, de 25 cm; anduve por ahí hasta que encontré una caja de cristal con un pedazo de pastel que decía "comeme" así lo hice y empecé a estirarme. ¡Curiorífico y curiorífico!
Lo más raro fue que apareció un gato sonriente. Le dije de pronto: ¿podrias decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo el Gato.
No me importa mucho el sitio... le dije.
Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes - me dijo.
... siempre que llegue a alguna parte - agregué como una explicación.
¡Oh, siempre vas a llegar a alguna parte -aseguró el Gato--, si caminas lo suficiente!
Y caminé un rato largo, No me crucé con ningún sombrerero loco, no me senté a tomar el té. Lo único que había era un bosque, un camino y detrás de un árbol apareció mi mamá. Me habló de mi hermana, que no la deje sola, que la cuide. Justo yo, lejos de todo, en el otro lado del mundo, luego de haber viajado por toda la tierra a través de un hueco, siguiendo un conejo blanco me encontraba ahí cara a cara con la Reina de Corazones. Me fui corriendo de ahí y después de un gran trecho,
bajo una lluvia de luz de rayos verdes, que se tornaron azules pude ver al rey quien me dijo un par de cosas que me hicieron feliz, me sentí amada por él, me dijo que era una gran chica, que era valiosa, que era un ser valioso. Su voz y su pregunta: "acá me tenés, tanto que querías verme" no pude decirle nada, me quedé muda, sin palabras. Escuchando temblorosa. Llena de felicidad.
Pero no habría juicio como en el cuento y no había naipes por doquier. Salí de ahí con mi hermana que me vino a buscar y me llevó corriendo por una ciudad que pasaba en cámara lenta. Llegué a casa y las cosas me saludaban alegres. Me lavé las manos y con alegría comprendí que en mi vida tenía todo para ser feliz, era cuestión de tomarlo, como ocurría con el chorro de agua que se me escapaba de las manos, me quité el anillo que llevaba puesto y dejé que la corriente pase a través de él, como un barril sin fondo que dejaba que todo pase, sin control. Pensé en irme a dormir pero quería que ese sueño no termine nunca y me miré fijamente en el espejo, contenta por entender que todo lo que necesitamos a veces está más cerca de lo que pensamos. Sin necesidad de correr detrás de nadie preocupado por llegar tarde, sino cerrando la mano y atrapando así un poco de agua para quitarnos la sed, y llenarnos de a sorbitos de algo que no puedo ahora describir porque siento en mis manos la guirnalda de margaritas que estaba tejiendo antes de perseguir ese conejo blanco y caer, o mejor dicho, despertar.

5 comments:

  1. Me encantó el comienzo, increíble. Me sentí ahí, mezclándome con esa realidad que desea ser sueño.
    Y ese gato me sacó una buena sonrisa.


    Recuerdo que en año nuevo estaba en una fiesta. Y luego de un rato (segundos, horas o semanas), una duda casi existencial boicoteó mi cabeza:

    "¿Estube toda mi vida bailando en este lugar?"

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  2. Maravillosa manera de contarlo. TA

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  3. http://showmetherain.blogspot.com/2006/09/se-acabo-el-juego-que-me-haca-feliz.html

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  4. Minino de Cheshire, ¿podrías decirme,
    por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
    - Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo
    - No me importa mucho el sitio... - dijo Alicia.
    - Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes - dijo el Gato.
    - ... siempre que llegue a alguna parte - añadió Alicia como explicación.
    - ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte - aseguró el Gato- , si caminas lo suficiente!


    Alicia en el país de las maravillas - Lewis Carroll

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  5. Es la mañana más común, la mañana de siempre; pero brilla distinto porque es octubre, porque en la calle salieron los árboles y se entibia el aire. Además, es de las últimas. ¿Cuántos mates quedan? ¿Cuántas pavas cargadas? Cuatro o cinco. Por eso entre nosostros la despedida es un saludo tenue, una palabra como esta perdida en entre tantas otras. Te mando un abrazo, Flavio. Un gusto enorme. Que se repita.

    Otto.

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